viernes, 5 de septiembre de 2008

LOS VAIVENES DE NUESTRA MENTE

¿Cúal podría ser una buena razón por la cual dar nuestra vida? ¿qué razón sería lo suficientemente valedera para darle fin a nuestra existencia? ¿Qué `puede pasar por la mente de una persona para elegir esta alternativa de "solución"?Quizás para la mayor parte de las personas no hay una razón suficientemente fuerte para autoeliminarnos, quizás muchos nos atrevemos a juzgar como un acto de locura momentánea todo esto; pero ¿realmente lo es? ¿realmente no hay una razón que sea aceptable?Como toda persona, trato de ver con frialdad los problemas ajenos, tratando de hallar una solución a los enormes abismos por donde atraviesan esos individuos a quienes hemos juzgado como "locos", pero como cualquiera me pregunto que hubiera hecho yo en esa situación.Recientemente los titulares de notiecieros y periodicos nos dan cuenta de una serie de suicuiduios y filicidios que parecen hacerse comunes en nuestra vida diaria; pero a pesar de lo común que puedan parecer estas noticias no dejamos de sorprendernos al saber que quien le quitó la vida fue la misma persona que se la dio.Lo cierto es que dada la situación actual el gobierno y las autoridades de salud deben actuar con prontitud, los malos ejemplos se propagan rápidamente y quizás podamos estar ante el resultado o la consecuencia de una sociedad exigente, que discrimina, que frustra muchas veces los sueños que podamos tener y que hace cada vez más difícil la subsistencia.Estamos ante un gran reto, porque invertir en salud mental no es solo eso, es invertir en seres humanos, tratando de atacar los problemas antes que estos lo sean, antes que estos causen ese desequilibrio momenténeo. Todo esto es de una enorme envergadura ya que cada persona es distinta a la otra, por lo tanto habrán que hacer múltiples estudios y análisis continuos que nos permitan saber hacia donde dirigirnos. Este camino será largo y de seguro nada sencillo pero de todos modo debemos empezarlo ya.Quizás no sea yo la persona más adecuada para dar consejos, quizás aquellas personas que atraviesan por una enorme dificultad se atrevan a decir que es fácil hablar cuando el problenma no es suyo, pero la única forma que se me ocurre para terminar con este ensayo es repetir un viejo pensamiento que algún día escuché: "Si el problema que tienes tiene solución, entonces, ¿por qué te preocupas? RESUÉLVELO; y si el problema que tienes no tiene solución, entonces, ¿por qué te preocupas? No queda nada por hacer. DA VUELTA A LA PÁGINA Y SIGUE ADELANTE".
Norma Adriana García Figueroa

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